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					Lingüistas analizan 
					de dónde vienen frases como "agarrate Catalina" 
					
					
					Origen de frases populares 
                  
                  
					19/12/2023
					
					
					
					- Un grupo de lingüistas analizó la 
					procedencia, el origen y las curiosidades alrededor de 
					algunas de las expresiones populares de los argentinos como 
					por ejemplo "tirar manteca al techo" o "no dar bola", con el 
					fin de desentrañar y comprender ese lenguaje que muchas 
					veces heredamos. Si bien no todas las expresiones siguen en 
					uso actualmente, "en nuestras conversaciones, muchas veces 
					utilizamos frases que tienen su etimología tiempo atrás y de 
					las cuales desconocemos su real significado o la historia 
					que las originó", explicaron en un comunicado desde la 
					plataforma Babbel, que reunió a un equipo de lingüistas para 
					analizar la procedencia de estas frases.  
					
                  
                    
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					"Conocer el 
					origen y significado de las frases que utilizamos en 
					nuestras conversaciones no solo añade saber a nuestro 
					entendimiento del lenguaje, sino que también enriquece 
					nuestra capacidad de comunicarnos de manera efectiva", 
					comentó Esteban Touma, profesor de la plataforma de 
					aprendizaje de idiomas Babbel Live.   | 
                     
                   
					
					
					 
					
					
					
								
								 
								
								Ocurre que detrás de cada una de esas 
								expresiones, hay una historia inesperada que 
								remite a una herencia y una tradición, por lo 
								que desentrañar su origen, permite conocer y 
								comprender más sobre la cultura e idiosincrasia 
								de un país.
								
					
					La lista 
					elaborada por los lingüistas incluye por ejemplo "tirar 
					manteca al techo", una frase que surgió a mediados del siglo 
					XX, cuando los argentinos acaudalados viajaban a Europa de 
					vacaciones por varios meses. Fue en esa época cuando el 
					argentino Martín Máximo Alzaga Unzué y sus amigos jugaban a 
					"embocar manteca" en el techo de los bares de París. 
					 
					
					Los jóvenes de 
					la alta sociedad argentina adoptaron esta costumbre en 
					nuestro país hasta que la volvieron popular en los bares y 
					restaurantes de Buenos Aires. Sin embargo, era un juego que 
					solo practicaban "los niños bien", porque eran quienes 
					podían pagar la cuenta, por lo que la frase se comenzó a 
					utilizar para referirse a las personas que poseen mucho 
					dinero y les sobra tanto como para "tirar manteca al techo", 
					detallaron los lingüistas.  
					
					Otra de las 
					frases desmenuzadas es "no dar bola". Tal como cuentan desde 
					Babbel, en una mesa de billar la parte más valorada siempre 
					fue el paño, es decir, la tela que cubre su parte superior. 
					A principios del siglo XX no se les "daba bola", en otras 
					palabras, no se les permitía jugar, a quienes no sabían 
					hacerlo, generalmente jóvenes sin experiencia que por 
					primera vez se acercaban a los cafés que tenían mesas de 
					billar.  
					
					Los 
					propietarios de esos establecimientos temían que, durante el 
					juego, rompiesen el paño de un tacazo, una vidriera u otro 
					objeto por la violencia con la que le pegaban a las bolas. 
					La frase "no dar bola", que significa "ignorar" o "no 
					prestar atención" fue, con el tiempo, reemplazada por "dar o 
					no dar bolilla".  
					
					"Echarse un 
					polvo": En Europa, en los siglos XVIII y XIX, los burgueses 
					y aristócratas solían aspirar polvo de tabaco, al que 
					llamaban rapé. Esto les provocaba molestos estornudos, por 
					lo cual era común, durante las fiestas y reuniones, 
					disculparse con los presentes para llevar a cabo esa 
					práctica en otro cuarto.  
					
					La frase 
					adquiere su significado actual cuando se comienzan a 
					aprovechar esas licencias o escapadas para mantener fugaces 
					encuentros sexuales con amantes ocasionales. "Permiso, nos 
					vamos a echar un polvo" era la disculpa habitual de parte de 
					quienes necesitaban ausentarse.  
					
					Otra frase 
					extendida, "Agarrate Catalina" refiere a Catalina, una 
					trapecista que formaba parte de un circo que recorría los 
					barrios de Buenos Aires en la década de 1940. Su bisabuela, 
					su abuela y también su madre habían sido trapecistas, y 
					todas murieron en accidentes de trapecio, por lo que era 
					común que al comenzar su número, alguien siempre le gritara 
					"Agarrate bien, Catalina", frase que con el tiempo se 
					transformó en advertir a alguien sobre una situación 
					peligrosa.  
					
					A principios 
					del siglo XX, existía una famosa galletita fabricada por la 
					empresa Bagley llamada Lola, un producto, considerado 
					saludable por los médicos debido a sus ingredientes de alta 
					calidad y la falta de agregados artificiales, por lo que era 
					recomendado a pacientes y formaba parte de la dieta de 
					enfermos en los hospitales.  
					
					Cuando alguien 
					agonizaba, se utilizaba la expresión "No quiere más Lola" 
					para insinuar que estaba entregado o que ya no tenía 
					esperanzas de vida. Hoy se usa para referirse a una persona 
					que abandona un objetivo por cansancio, por agobio o 
					simplemente porque cree que no puede alcanzarlo. 
					
					
																
					
					
					Fuente: 
					
					 
					
																
					
					Telam
					
																
					
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