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  Escudo de Floresta

Floresta: nombre dado por Ordenanza N° 26.607 B.M. 14.288

PATRIMONIO HISTÓRICO

La calesita que se fue

08/07/2007 - La Calesita de Don Luis fue para varias generaciones un ícono del barrio de Floresta. Ubicada a metros de la estación (Joaquín V. Gonzalez y Venancio Flores) supo alegrar las tardes de los pibes del barrio entre los años 1951 y 1964. Hoy se encuentra funcionando en Ramón Falcón 5990, en el patio de su casa, en el barrio de Liniers; y extrañamente (a pesar de la época signada por el apuro, la cultura de la imagen y el videoclip) la calesita de Don Luis sigue fascinando mágicamente a los pibes que se suben a esta ilusión candorosa cuyo máximo trofeo es una simple sortija.

Esta historia comenzó cuando el padre de Luis, Juan Rodríguez, compra, el 19 de marzo de 1920, una calesita usada con dinero prestado. El ingenio  mecánico fabricado por el tradicional taller de Cirilo Bourrel, Francisco Meric y De La Huerta, había funcionado hasta entonces en la localidad de Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires.

Por aquel entonces Don Juan había perdido su trabajo como guardia de tranvía y pensó que con este nuevo emprendimiento podría mantener a su familia. Así partió con su calesita ambulante, de barrio en barrio, de pueblo en pueblo.

La fuerza motriz que le daba vida al artefacto era "Rubio", un caballo que la hacía girar cuando escuchaba la música del órgano.

A los 15 años, Luis dejó la secundaria y se convirtió en socio de su papá. Don Juan murió en 1944, a raíz de una caída que experimentó cuando armaba su calesita en la esquina de Juan B. Justo Y Fragueiro. Luis tomó la posta y siguió deambulando por los pueblos y por los barrios para ganarse el sustento.

En 1935, los caballos fueron reemplazados por un motor a nafta y, más adelante, por uno eléctrico. Sin embargo la calesita conservó su esencia, con los caballos de madera y un barquito originales. "Yo mismo hice los aviones, los autos y dos camellos", cuenta Luis entusiasmado. Cada una de las figuras tiene inscripto su nombre en el cuerpo.

Cuando la calesita de Luis se instala en el patio de su casa reduce su diámetro: pasa de 7 metros a 6 m.

La Calesita de Don Luis también vistió de alegría y diversión la esquina de Juán B. Justo y Cuzco, la de Larrazabal y U. Shmidl y la de Cesar Díaz e Irigoyen.

El heredero de una vieja pasión

Como tantas otras cosas del ayer que merecen ser preservadas, muchas de las calesitas de Buenos Aires están consideradas como pertenecientes al acervo tangible del Patrimonio Histórico de nuestra querida tierra.

Quizá como en muchos otros órdenes de la vida, las cosas simples y sencillas sean las que más satisfacciones nos dejan.

Sin demasiada tecnología, sin necesidad de juntar puntos, sin la presión lúdica virtual de matar o morir, este modesto artefacto que se limita a girar en medio de la música, y cuyo único incentivo se reduce a atrapar una sortija que se escurre traviesa en nuestras manos, es capaz de seguir dibujando sonrisas a través de los tiempos y las generaciones... Y después, cuando las luces se apagan y la música cesa, volveremos a mirarnos alegres las caras, sin la frustración del Game Over pintado en la piel. 

 Carlos Davis

Fuente:
Diario Clarin
Libro "Calesitas" de Alejandro Mellincovsky
Sitio web www.lascalesitas.com.ar

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29 de Agosto
Día del Barrio de
 Floresta

39.474 hab.
 2.4 km2
(
2.320.158,49 m2)
16447,5 hab/km2

21.395 Mujeres
18.079 Hombres
(Datos julio 2001)

FLORESTA
nombre dado por Ordenanza N° 26.607 B.M. 14.288

LIMITES
Av. Directorio,
 Portela, Cuenca, Av. Gaona Joaquín V. González, Juan Agustín García, Segurola, Mariano Acosta.

PERÍMETRO
7.523,45 m


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