En 1991 el Parque fue
entregado por el entonces
intendente Carlos Grosso a
una empresa que utilizó sus
piletas olímpicas para
recitales de rock y que
hasta puso un circo. En
avanzado estado de
deterioro, el lugar fue
clausurado en 1998 y el
Gobierno de la Ciudad lo
recuperó a comienzos de
2000, por la vía judicial.
Entonces se hizo una
espectacular fiesta con
fuegos artificiales y rayos
láser, encabezada por el
entonces presidente,
Fernando de la Rúa, y su
candidato a jefe de
Gobierno, Aníbal Ibarra. Ese
día se prometió que el lugar
recuperaría su antiguo
esplendor.
Desde entonces, casi nada
había cambiado en el Parque
Sarmiento, hasta ahora, en
que por medio de un proyecto
audaz se vislumbra su
resurgimiento.
Las tareas de reflote
El predio ya cuenta con 6
canchas de tenis nuevas, una
de fútbol 5 a estrenar y un
anfiteatro renovado con
camarines y vestuarios que
ya están en funcionamiento.
Pero el plan es continuar
con las mejoras. Entre las
obras más importantes, se
prevé la construcción de un
estadio deportivo
multipropósito para poder
realizar eventos deportivos,
culturales y diversas
actividades sociales.
El lugar contará con salas
de prensa, salones para
delegaciones y todos los
requerimientos necesarios
para albergar eventos
deportivos internacionales.
El natatorio existente se
transformará en gimnasio
alternativo y se
reacondicionarán las piletas
exteriores cubriendo la
pileta de entrenamiento con
un cerramiento móvil para
poder utilizarla durante
todo el año.
Se anexarán dos grandes
edificios que servirán para
albergar una pileta olímpica
con capacidad para 1.500
espectadores y un gimnasio
para realizar gimnasia
deportiva con capacidad para
1.200 personas. El edificio
también estará provisto de
áreas de apoyo, vestuarios y
sanitarios.
El Estadio contará, además,
con toda la infraestructura
con que cuentan los estadios
más modernos del mundo:
suites con vista al campo de
juego; palcos VIP y palco
oficial; dormitorios para
delegaciones provenientes
del interior o de otros
países, con una capacidad
total de 120 personas;
servicios de gastronomía,
bar/restaurante con vista al
campo de juego, ascensores,
accesos independientes para
el público, deportistas e
invitados especiales,
instalaciones sanitarias
generales y para personas
con necesidades especiales.
El proyecto propicia la
generación de un espacio
versátil, que permita la
mayor cantidad posible de
usos, así como también la
mayor cantidad de eventos en
simultáneo, la utilización
de alta tecnología,
necesaria para construir un
Estadio moderno, acorde a
los requerimientos
nacionales e internacionales
de alto rendimiento
deportivo, y que contemple
las normas de seguridad
vigentes.
Carlos Davis