La
Educación Vial comprende
toda acción educativa que
trata de favorecer y
garantizar el desarrollo
integral de la persona en
cuanto a conocimientos,
habilidades y conductas a
aplicar por los usuarios que
circulan por los distintos
tipos de caminos, rutas y
autopistas.
Objetivos de la Educación
Vial
Crear
actitudes de prevención
frente al tránsito.
Tener
un comportamiento vial
adecuado como peatón
acompañado del adulto.
Fomentar
en los niños/as actitudes de
conciencia ciudadana, en
relación con el uso de las
vías públicas y del
tránsito.
Crear
actitudes de respeto a las
normas y a los agentes de la
circulación, como servidores
en la vigilancia y la
ordenación del tránsito.
Conocer
el entorno físico próximo al
alumno y en relación con el
tránsito.
Manifestar
hábitos de conciencia
ciudadana, referidos a la
conducción.
Conocer
las normas de circulación
peatonal en las vías
públicas y adquirir hábitos
de comportamiento y de
prudencia en el uso de las
mismas.
Analizar
críticamente los mensajes de
la publicidad, estableciendo
las diferencias entre hechos
y opiniones.
Utilizar
adecuadamente, y con sentido
de responsabilidad, los
transportes colectivos y
particulares.
Descubrir
la importancia que tienen
las señales de tránsito y
conocer su significado.
Conocer
las normas y señales
relativas a la conducción de
bicicleta.
Elegir
adecuadamente los lugares
para el uso y la conducción
de la bicicleta.
Identificar
los principales grupos de
riesgo y analizar dónde,
cómo y cuándo se producen
los accidentes de tránsito.
Simular
situaciones problemáticas
del tránsito y buscar su
solución, utilizando
croquis, mapas o maquetas.
Conocer
y practicar las primeras
medidas de seguridad y de
primeros auxilios, en caso
de accidente.
En la
República Argentina mueren
anualmente, más de 7000
personas, lo que se
constituye en un verdadero
flagelo a nivel nacional.
Las naciones evolucionadas
han logrado mitigar los
riesgos de esta actividad
que involucra el tránsito de
bienes y personas a través
de una fuerte campaña de
educación que debe iniciarse
en la infancia temprana y
extenderse a lo largo de
toda la vida de los
individuos.
Asimismo entendemos que una
buena vigilancia en las
calles y una penalización
inflexible y rigurosa
ayudará a que los adultos
internalicen que las reglas
están para cumplirlas, y que
estas no son caprichosas
sino que organizan la
circulación tornándola más
previsible, menos peligrosa.
Carlos Davis