SE RESTAURÓ EL
RELOJ DE LA MAGISTRATURA PORTEÑA
La vuelta de
los colosos
18/10/2016
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El Consejo de la
Magistratura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires informó
que se restauró el reloj emplazado en su sede ubicada en
Diagonal Sur y Bolivar. Los trabajos
realizados incluyen la reparación de las figuras de los
"colosos" con su pátina original. Los colosos fueron
desconectados en 2004 y, tras la mudanza del organismo
judicial al inmueble que pertenecía antes a la empresa
Siemens, se procedió a su completa restauración. Dado que
las piezas de la maquinaria estaban profundamente
deterioradas, las mismas debieron trasladarse a un taller de
especialistas a fin de ponerlas en condiciones de
funcionamiento.
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También debió restaurarse la estructura metálica que soporta el
gran peso de los colosos y la campana que se encuentra entre
ambos. La reparación de las figuras se realizó respetando su
valor histórico: se conservaron las pátinas originales y se
procesaron y fabricaron piezas faltantes o en un avanzado
estado de deterioro. |
En cuanto al reloj se devolvió a las agujas su color
original, forma, contrapesos y balanceo y se trabajó en el
cuadrante y los indicadores. La máquina se retiró para ser
restaurada y se reemplazó el antiguo control por un motor
sincrónico de última tecnología.
Para sincronizar el funcionamiento de todos los
componentes, se instaló una "consola control", que define y
controla la posición de las agujas, junto con los
movimientos de los colosos y el sonido del golpe de campana.
Las tareas realizadas permitieron que los colosos vuelvan a
simular, como lo hacían antes, que golpean la campana al
cumplirse cada hora en punto".
¿De donde
salieron estos colosos?
¿Quién de nosotros no habrá pasado alguna vez a su lado
sin siquiera percatarse de su presencia?. Apenas el tañir solemne de su campana pudo haber logrado, en algún
instante de calma pasajera, captar nuestra atención y
elevarnos la mirada…
Ellos están allí desde hace años. Son antiguos habitantes
de una ciudad que los ha visto con asombro cambiar de casa a
través de las épocas, movidos por la urgencia de los
acontecimientos históricos que manejan, también, el destino
de los hombres.
Su vida comienza allá por 1930, cuando la empresa alemana
Siemens decide emplazarlos en el décimo piso de su imponente
edificio de la Avenida de Mayo 869.
Luego vino la segunda guerra mundial y con ella la
expropiación de todos los bienes pertenecientes a las
empresas alemanas. Siemens se quedó sin edificio y los
gigantes sin casa…
Rápidamente el gobierno concedió el ingenio de relojería
de casi tres toneladas de peso a la CGT, y ésta decidió
emplazarlo sobre el Diario Democracia sito por aquel
entonces en la calle Bouchard 722.
Luego de la caída de Perón vivieron sus horas más
oscuras. El conjunto cayó en el abandono, el saqueo, la
depredación y el vandalismo…
En el año 1988 Siemens ofreció hacerse cargo de la
reparación del muy deteriorado mecanismo. Tras la
autorización correspondiente decide mantener el aspecto
exterior de la obra, reemplazando si el delicado mecanismo
de relojería por un ingenio menos frágil y más preciso: un
sistema electrónico comandado por computadora gobernaría a
partir de ese instante el movimiento lento de sus agujas.
Finalmente en mayo de 1992 los gigantes vuelven a mudarse
hasta su actual emplazamiento. La empresa Siemens nuevamente
los luce orgullosa exponiéndolos en la cúspide del edificio
que ocupaba desde 1958 en la esquina de la Diagonal Sur y Bolivar.
Grandes grúas fueron necesarias para izar a los colosos
de cuatro metros de altura. Su cuerpo constituido por
gruesas chapas de cobre habían tomado el típico tinte
verdoso al ser expuestos durante años al aire húmedo de
Buenos Aires.
Poco faltaba para que el enorme reloj moviera nuevamente
sus agujas parsimoniosas, ordenándoles a los autómatas
golpear con lenta determinación su magnífica campana, esa
que alguna vez la firma Bellini e Hijos había fabricado en
la provincia de Santa Fé.
Finalmente el día llegó: el 21 de mayo de 1992, con la
misma pompa con que se entroniza a un soberano y ante la
atenta mirada del Presidente de la República los colosos de
Siemens fueron formalmente situados en su nueva morada. La
banda del regimiento de Patricios ponía mientras tanto su
cuota de brillo y esplendor a una noche de fiesta y de
reencuentro. Nuestro patrimonio e historia estaban por esta
vez a salvo, al menos por un tiempo...
El
mantenimiento requerido no se efectuó con la perseverancia
necesaria y el mecanismo finalmente se detuvo en el año
2004. Ahora los colosos vuelven a prestar su servicio
incondicional, avisándoles a los porteños, por medio de sus
golpes simulados, que la hora del reencuentro ha llegado...
Carlos Davis
Fuente:
Prensa
Consejo de la Magistratura
de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires
- ADN Ciudad -
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